Discursos sobre el cuerpo

Andrea Catalina Fajardo

 

Artículo de revisión

Resumen

La noción o concepto de cuerpo a lo largo de la historia ha venido generando discursos de acuerdo a sus funcionalidades además de sus  necesidades, sin embargo los campos de investigación no han logrado abarcar la totalidad de lo que el cuerpo significa y resignifica, y aunque todos los seres humanos estamos dotados de  esa herramienta o dispositivo, pocos somos conscientes de las manifestaciones políticas, sociales e incluyendo artísticas  que implica poseerlo

Palabras Claves: Marx, Foucault, cuerpo, estéticas del cuerpo.

Introducción.

En pleno siglo XXI aun las personas tienen bastantes prejuicios entorno a algo que es el cuerpo y como este establece diferentes diálogos con los modos de subsistir en el mundo. Para la fecha están los estudios de Marx con el cuerpo como medio para capitalizar, los de Foucault con las dinámicas de poder  y la pedagogización del cuerpo infante y la asignación de la histeria al cuerpo de la mujer; los de Roxana Rodríguez con los manifestaciones artísticas del cuerpo que en cierto modo cubre las disciplinas sociales y antropológicas; todos estos discursos debatiéndose entre sí, al tiempo que se alimentan.

Lo cierto es que cada discurso ofrece una óptica de lo que es el cuerpo y como este reacciona ante el medio de forma inconsciente aunque determinada, es decir, respondiendo a algún medio de represión que desapropia el cuerpo de la conciencia y que como consecuencia trae a la industria y a los medios el cuerpo dócil, el cuerpo del trabajo, el cuerpo cyborizado.

El cuerpo dócil

El cuerpo no es la esencia del ser, es el cuerpo mismo en manifestación desde el movimiento, el cuerpo es el espacio en donde se aborda una relación con el mundo y se construye la historia, en ese sentido el cuerpo productivo responde a dinámicas políticas que el cuerpo va a asumiendo en relaciones económicas durante procesos de burocratización que instauran mecanismo de control, disciplinamiento, vigilancia y castigo; estrategias de control que objetivizan lo motricidad corporal que se hacen eficaces en las organizaciones productivas lo cual evidencia un cuerpo regulado por las normativas de las instituciones que refuerzan y reafirman el cuerpo productivo.

Las novedosas técnicas de disciplinamiento tienen como propósito crear un cuerpo en ambigüedades, útil y sometido, acrecentada en utilidad y reducido en desobediencia; ambigüedades que permiten crecimientos  económicos y políticos, además de cuerpos dóciles entregados al control y sometimiento  ocupando un rol con sus determinadas competencias.

El cuerpo del trabajo

En el caso de Marx, el cuerpo del hombre es el que produce a la sociedad y está a él;  por lo que resulta correcto deducir que todo lo que el hombre conoce como historia no es más que un relato de sus producciones en el trabajo a lo largo del tiempo, Marx entenderá al hombre como un individuo que se produce así mismo y que su modo autogenerador es el trabajo. De acuerdo a los postulados la esencia del hombre no es una cuestión metafísica en virtud de la naturaleza sino más bien se trata de los conjuntos de las relaciones sociales, más específicamente estado-sociedad; la esencia del hombre es el trabajo, pues permite desarrollar posibilidades, cumplir satisfacciones y por supuesto permite la felicidad.

Entonces dada la relación cuerpo, trabajo, Estado, sociedad, satisfacción es posible inferir como la motricidad del cuerpo ha sido subordinada por un intercambio en donde el cuerpo resulta el medio por el cual desarrollar las posibilidades de capitalizar para alcanzar dicha satisfacción, resulta que el Estado demanda generar ganancias arrendando la fuerza corpórea debilitando las posibilidades que este tenía para integrar las dimensiones motoras generando  reglas y espacios nuevos en donde las fuerzas de trabajo se despliegan privilegiando la eficacia, la rapidez y por supuesto la capacidad productiva definiendo así un modo determinado de motricidad.

Una determinada motricidad implica a niveles sociales modos de pensar, sentir y actuar que varían de acuerdo a la clase social, sea proletariado burguesía. La fuerza de trabajo (el cuerpo) pasa a ser un modo de subsistir, un elemento primordial para restaurar las dinámicas de determinadas motricidades, una herramienta en donde el cuerpo que es entrenable, su fuerza y su energía su usa como intercambio de valor y con ello pierde su significación consiente puesto a que pasa a ser objeto de trabajo, de explotación, de manipulación, de dominación, un medio para el capital.

 

El cuerpo cyborizado.

En la actual sociedad la apreciación de cuerpo o más claramente la noción de cuerpo se define de acuerdo a las tendencias del momento, a los múltiples estereotipos bombardeados por los medios de comunicación, es tanto así que el cuerpo ya no es parte del ser humano, es parte de todo un sistema de mercadeo en donde se compite por lo mejor que tiende a interpretarse con la más actual, un sistema en donde el cuerpo deja de  ser subjetividad de quien lo posee para pasar a ser objeto de otro  cuerpo que tampoco es propiedad de alguien; en este sentido pensar el cuerpo en las dinámicas del arte se hace efímero.

El cuerpo como representación artística manifiesta  pinceladas de mutaciones y metamorfosis capaces de transgredir la realidad  en términos de consumo exponiendo la necesidad vendida por los medios de mostrarse y aparentar en vez de ser, las representaciones artísticas entorno al cuerpo recurren a una exacerbación de la estética clásica o de la estética actual; en donde surgen las inmediatas preguntas: ¿Por qué no tener un cuerpo como el de la monalisa o el de la venus?, ¿Por qué tener un cuerpo de marketing estereotipado abrazado y sobrecargado de nuevas tecnologías?

Roxana Rodriguez apunta a que dicha realidad no es tal cual sino que la realidad  es de acuerdo al imaginario de vida, obviamente obviamente influenciada por discursos punitivos que no permiten el plantearse  el cuerpo como un modo de sentir, de experimentación de la vida, de diversas manifestaciones de inconformidades más allá de la estética, de modos independientes y libres del cuerpo, ha sido tanta fuerte dicha cultura punitiva que ya al pregunta  no es como llevar al cuerpo a dichas experiencias tan subjetivas y propias sino como perder el miedo de tener la conciencia de que un cuerpo es tan propio como el nombre, que ocupa un espacio, que es un discurso que se construye constantemente desde las experiencias vividas no desde la cantidad poseída  y aún menos desde las experiencias virtuales.

Conclusiones

Del desarrollo de los discursos de los tres autores a modo de conclusión se puede observar la desapropiación del cuerpo en una gran cantidad de aspectos, en donde el cuerpo ya no es el elemento de experiencia de quien lo posee sino de entidades que lo explotan para su crecimiento, gracias a que la cultura sobre la noción de cuerpo es reducida al placer y la satisfacción del otro, por lo que no hay conciencia del modo de actuar sobre estos sino que únicamente se es consiente cuando este (el cuerpo)esta desvalido o enfermo o duele porque en este estado no es competente, no es eficaz, no es estético, porque no sirve para otros, porque no hay modo de explotarlo.

Bibliografía

  • Foucault, Michel (1990). Genealogía del racismo. Buenos Aires, Altamira.
  • (1997). Vigilar y castigar. México, Siglo XXI
  • (1976). Manuscritos económico- filosóficos de 1884. México, Cultura Popular
  • Barrera, Oscar (2011) el cuerpo en Marx, Bourdieu y Foucault. Ciudad de México.

Webgrafia

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